La narrativa de inversión actual está dominada por los ETFs de Solana al contado y la llegada de futuros en el CME, lo que ha transformado a SOL en un activo básico para carteras institucionales. Gigantes como Grayscale y VanEck han liderado la transición hacia productos financieros que ya integran el staking, permitiendo que el capital tradicional genere rendimientos nativos. Aunque la red sufrió una caída en usuarios activos respecto al frenesí de finales de 2024, el enfoque actual en tokenización de activos reales (RWA) y pagos estables ha atraído una base de inversores de largo plazo que priorizan la utilidad y los ingresos por comisiones sobre la especulación pura.

Para el cierre de este 2025, la proyección apunta a una consolidación lateral con un objetivo técnico en el rango de $115 - $130 USD. Dado el sentimiento actual de "miedo" en el mercado cripto y la baja liquidez típica de las fiestas decembrinas, es poco probable un rally explosivo en los últimos días del año. Sin embargo, si Solana logra defender el soporte psicológico de los $110 USD al cierre anual, estará técnicamente preparada para un 2026 alcista, con miras a recuperar la zona de los $175 USD conforme la macroeconomía global se estabilice y la red principal complete su transición técnica definitiva.

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