Yo aprendí que usar cuentas demo no es opcional, es un deber si te tomas el trading en serio. En la demo puedo equivocarme sin miedo, probar estrategias, ajustar indicadores y entender cómo se mueve el precio sin que mi dinero esté en juego. Ahí afino la paciencia, el control emocional y la disciplina, que en real cuestan caro cuando no las tienes entrenadas. Para mí, la cuenta demo es el gimnasio del trader: si no entrenas ahí, en el mercado real solo estás improvisando y pagando por aprender.